jueves, 12 de julio de 2012

La dimisión de Josetxo

La dimisión de Josetxo Ibazeta, el secretario del alcalde donostiarra, era obligada después de amenazar de muerte a dos seguidores de la Roja en la Parte Vieja de San Sebastián. Así que en principio no habría que hacer más comentarios, pero  hay tres aspectos de este hecho que merecen un desarrollo. Primero, la intolerancia habitual instalada en Euskadi durante décadas a todo aquello que recordara a España. Dicha intolerancia ha estado blindada durante todos estos años por la existencia de una banda terrorista que en última instancia decidía quien tenía derecho a seguir vivo. Ahora, con la promesa de ETA de no volver a matar, esa intolerancia puede empezar a resquebrajarse. Segundo, los que hicieron frente a Josetxo y portaban banderas españolas eran euskaldunes, mostrando que las identidades pueden ser múltiples. Es más, en el mundo del siglo XXI asistiremos cada vez más a este tipo de realidades, dejando atrás el blanco y negro del siglo XIX. En suma, se puede ser vasco y español, lo cual nos querían hacer creer que era anatema. Tercero, al que más beneficia la dimisión de Ibazeta es a la propia Bildu. La izquierda abertzale debe ser consciente que en el proceso de aceptación de la democracia tiene que desprenderse de aquellos elementos más casposos e intolerantes. En ese sentido, el puente de plata dado a Josetxo invita al optimismo.

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