martes, 10 de julio de 2012

Un país intervenido

Mañana, Mariano Rajoy comunicará a los españoles en el Parlamento las duras medidas económicas a adoptar, con lo que se pondrá en marcha un nuevo paquete de recortes inspirado por Bruselas. Quedará así meridianamente claro que en la práctica somos un país intervenido. Cada tres meses recibiremos la visita de la troika, los famosos señores de negro, que comprobarán que todo se hace a gusto de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. ¿Qué queda de aquel ataque de nacionalismo con el que inició su periplo europeo el Gobierno de Rajoy? Nada. ¿Que queda de aquella arrogancia tras haber conseguido una línea de crédito para nuestros bancos? Nada. Además de haberse revelado como una mala táctica, el camino del nacionalismo no lleva a nada. Solo nos queda Europa. Eso sí, una Europa que nos va a obligar a una purga más que dolorosa.

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