Desastre en Italia

Los resultados electorales en Italia han sido peor de lo previsto. La inestabilidad parece haberse convertido en la triunfadora, mientras los mercados acusan las incertidumbres y volvemos a los temores de una nueva escalada de la prima de riesgo. Los diez millones de votos del gris Bersani y su coalición izquierdista apenas se impone a los cerca de diez millones que han refrendado al populismo más descarnado representado por Silvio Berlusconi. La propuesta antipolítica de Beppe Grillo logra más de ocho millones de votos. Mario Monti, el gran derrotado, se hace con un magro resultado: no llega ni a los tres millones. La aritmética pasa por un acuerdo de al menos dos de las tres primeras formaciones, lo que se presume muy difícil. Salvo que Italia se encamine a unos nuevos comicios, las posibilidades de estabilidad política y en consecuencia económica son mínimas. Lo que ha quedado totalmente desacritado son las soluciones tecnócratas tan caras a Angela Merkel. La solución, si la hay, debe pasar por la democracia.