miércoles, 13 de febrero de 2013

Menos mal que tenemos la Justicia

En los países que gozan de Estado de Derecho es fundamental la actuación judicial para poner coto al poder político. Ayer, el Tribunal Supremo dio buena muestra con la decisión de anular parcialmente el indulto a Alfredo Sáenz, consejero delegado del Banco de Santander. El Gobierno de Rodrígue Zapatero indultó a Sáenz  tras ser éste condenado por presentar una denuncia falsa a sabiendas. El perdón, firmado por el entonces ministro de Justicia Francisco Caamaño, incluía no solo los tres meses de arresto de condena, sino que también cancelaba los antecedentes penales. Es este segundo aspecto, el relativo a los antecedentes, el que ha anulado el Supremo, al entender que el ejecutivo de Zapatero se extralimitó con su decisión. En un momento en que la gravedad de la situación social lleva a algunos a pensar en soluciones extraordinarias, no hay nada como observar el perfecto funcionamiento de la división de poderes y el necesario contrapeso entre ellos.

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