martes, 18 de marzo de 2014

Relación causa-efecto

No debe ser descabellado plantear la existencia de algún tipo de relación causa-efecto entre la reducción de la capa helada de Groenlandia y el consiguiente aumento del nivel de las aguas oceánicas, con el potencial dañino del mar, tal como se ha observado en el litoral cantábrico este invierno. Según estimaciones hechas cada año de la última década, ha disminuido en unos diez mil millones de toneladas la masa de hielo del noreste de Groenlandia. Lógicamente ese fenómeno tiene un impacto directo en el aumento del nivel del mar. Y a su vez, una mayor masa de agua, unida a fenómenos climáticos adversos, provoca mayores efectos destructivos en los litorales, tal como hemos padecido este año en la costa norte de nuestro país. Negarlo parece poco inteligente.

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