viernes, 14 de marzo de 2014

Uribe, de nuevo

El expresidente Álvaro Uribe ha vuelto a irrumpir en la política colombiana al conseguir cerca de un quinto de bancadas en el Senado en las últimas elecciones vividas en el país suramericano. Su formación, la derechista Centro Democrático, se hará así oir en el complicado proceso de paz que mantiene el gobierno colombiano con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, la guerrilla terrorista más antigua que existe en el mundo. No obstante, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, mantiene una cómoda mayoría en la Cámara de Representantes para apoyar su estrategia, diseñada para acabar con la violencia en Colombia. No así, en el Senado, donde necesita el apoyo del Partido Conservador, cuyos diecinueve representantes pueden verse tentados por los cantos de sirena de Uribe. El expresidente se opone frontalmente a que las negociaciones del gobierno de Santos con las FARC se traduzcan, más allá de concesiones políticas, en espacios de impunidad jurídica de los terroristas. Es decir, mientras Santos busca un difícil equilibrio entre la Justicia y la Paz, que contente ambos principios, Uribe no concibe otra Paz que la basada exclusivamente en la Justicia. Son dos posiciones claramente diferentes, que se observan en todos aquellos lugares del mundo que han sufrido violencia.

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