lunes, 5 de enero de 2015

Realidad y deseo



El 74 por ciento de los griegos defiende la permanencia de su país en la Unión Europea. Pero la formación de izquierdas Syriza, con un apoyo estimado del 30 por ciento, quiere renegociar con Bruselas las condiciones del rescate europeo a su economía. Entre una cifra y otra se inserta la diferencia entre la realidad y el deseo.

Porque la continuidad en la UE no solo depende del deseo de la inmensa mayoría de los griegos, sino de las condiciones exigidas para ello por los europeos. O mejor aún, por los que ostentan la dirección de éstos ùltimos, que lo queramos o no el resto, son los alemanes y en concreto su gobierno. Angela Merkel es consciente que su posición interna presenta un creciente handicap con la existencia de la Alternativa por Alemania, el partido eurofobo creciente en aquel país. El margen de actuación de la canciller es cada vez menor, máxime si tenemos en cuenta que las concesiones a una Syriza triunfante serían un acicate para nuevas demandas en otros países del sur de Europa. La mejora en las condiciones del pago de la deuda griega daría alas a Podemos y a otras formaciones que hacen gala de una mayor dureza negociadora frente a Europa, extendiendo la rebelión de los europeos desfavorecidos.

Merkel lo sabe. Por eso, ya ha indicado a Grecia el camino a seguir: aquel que va del deseo a la realidad y que se concreta en la salida de Europa del país helénico.

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