Brasil y la corrupción

El gigante brasileño, tras una década prodigiosa de crecimiento económico, se despeña ahora por el camino de la recesión, lastrando al país sudamericano y devolviendo a la pobreza a centenares de miles de personas que habían escapado de ella.

Las razones para ello son variadas. Sin duda que influye el parón chino para un país productor de soja, así como la caída generalizada en el precio de las materias primas. Pero el mayor motivo de la recesion brasileña es la corrupción que engangrena el país. Porque ese es el principal enemigo de un Estado de Derecho, ya que extiende la sospecha sobre su clase política dirigente, algunos de cuyos miembros se enriquecieron en el ciclo de bonanza, mientras sostenían servir al pueblo, bajo rimbombantes siglas de exaltación populista.

Cuando la corrupción entra, sale por la puerta la democracia.