viernes, 13 de mayo de 2016

Horas bajas

La izquierda latinoamericana vive horas bajas. Después de más de una década de dominio no solo ideológico, los países que han implementado políticas con un fuerte contenido social retroceden. En Argentina, Macri puso fin de momento a la monarquía de los Kirchner. En Bolivia, un referéndum vetó la perpetuación de Evo Morales. Perú se despide del gobierno de Ollanta Humala, eligiendo entre un líder de derechas o de nuevo el populismo fujimoriano. Y en Brasil, la todopoderosa Dilma Rousseff ha sido apartada de su puesto de jefa de Estado y sustituida por el mucho más conservador Michel Temer.

Tan solo resisten Michelle Bachelet en Chile, el país que más ha crecido en los últimos años en toda Hispanoamérica, Tabaré Vázquez en Uruguay y Nicolás Maduro en Venezuela, quien arrastra a su país al abismo de la confrontación social. También México, con Peña Nieto y un renacido Partido Revolucionario Institucional que llegó al poder por primera vez hace casi un siglo. Y por supuesto, el patriarca: los Castro, en Cuba.

La ola conservadora que inunda iberoamérica se asienta en el fin de un magnífico ciclo económico que ha permitido a muchos de esos países un progreso sin parangón que ha traído la dignidad a millones de latinoamericanos. La caída del precio del petróleo -especialmente para Venezuela- y de las materias primas -para casi todos los países sudamericanos- supondrá un duro revés para todos aquellos que en los años de bonanza no hayan aprovechado para invertir en educación.  

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