jueves, 26 de mayo de 2016

La riqueza de la mezcla

El descubrimiento en la cueva de Bruniquel de unos círculos de piedra con una antigüedad de 176.500 años ha vuelto a revolucionar nuestros conocimientos sobre el hombre de Neandertal, tan injustamente despreciado hasta hace poco, comparándolo con un ser absolutamente primitivo e irracional, del que el pretendido homo Sapiens habría conseguido distinguirse.

Sin embargo, la investigación paleoantropológica ha progresado en las últimas décadas de una manera espectacular, permitiendo saber que aquellos homínidos eran sensibles al arte, al descubrirse un collar hecho por un individuo de aquella especie que hasta hace 50.000 años disfrutó en solitario de las tierras europeas. También se han encontrado evidencias de que enterraban a sus muertos y que tenían un sentido social, protegiendo a los más débiles del grupo, como los ancianos. Y que se relacionaron con una especie nueva que apareció por el este: el homo Sapiens, hasta el punto que hubo una descendencia común. De hecho, en una mínima parte de los europeos actuales hay un escaso, pero significativo, aporte genético de aquella especie.

¡Qué maravillosa y enriquecedora es la mezcla! 

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