miércoles, 19 de octubre de 2016

Las fracturas de las naciones

La exposición "Franco, Victória, República, Impunitat / Espai urbà" que se celebra en el centro cultural del Born de Barcelona está levantando controversias que no están muy justificadas ocho décadas después de sucedidos los hechos. Sin duda que es un claro ejemplo de los problemas que aquejan a este país, incapaz de dotarse de un relato histórico no discutible sobre un pasado que sigue levantando pasiones y resentimientos. Lo vivido en Barcelona con peleas, insultos, trompicones y deterioro de las obras expuestas es una muestra de la gravedad del problema.  

Y tales circunstancias nacen de dos hechos a mi entender incontestables, aunque son igualmente impugnados por sus respectivos enemigos ideológicos: el Estado-nación español presenta unas fracturas, pero también la nación catalana. Ninguno de los dos ha alcanzado una plenitud que concite una unanimidad generalizable. Es decir, no todos aquellos que hoy en día poseen el documento nacional de identidad español consideran que formen parte de la nación española y no todos aquellos que además residen en Cataluña se consideran integrantes de la nación catalana.

Poner en duda tal evidencia hoy en día es poco sensato. Al igual que negar que tal hecho muestra, una continuidad que hunde sus orígenes a finales del siglo XIX. Es decir, tiene por detrás una historia que solo las anteojeras ideológicas de los respectivos nacionalismos impiden reconocer. La labor historiográfica a desarrollar pasa, pues, por construir un relato que tenga en cuenta ambas circunstancias y que otorgue a la memoria histórica su verdadera dimensión, hoy en día supervalorada, porque se trata de un instrumento útil para la investigación histórica, pero que no respeta la objetividad necesaria en la Historia.

Así, ganaremos todos y dejaremos de ver espectáculos tan lamentables como los vistos estos días.

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