viernes, 27 de enero de 2017

La distopía de Santiago Vidal

Santiago Vidal, suspendido de su cargo de juez, se ha jactado públicamente de haber cometido ilegalidades en aras del proceso independentista catalán. Desconozco si tal reconocimiento será motivo de escarnio en Cataluña. Tan solo se que en otras culturas, de raíz luterana, como muchas de las que forman Estados Unidos, ese magistrado quedaría inhabilitado de por vida para desempeñar su labor profesional. En esas sociedades, sería inimaginable un juez que comete ilegalidades. Sin embargo, no lo tengo tan claro que en aquellas bañadas por el mediterráneo se sea tan exigible en los principios morales.

En lo que confío en que se muestre menos permisiva la sociedad catalana es en los rasgos totalitarios que empiezan a aparecer entre algunos entusiastas del proceso de desconexión con España. Lo hemos visto con la llamada desde el gobierno de la Generalitat a los funcionarios para que falten a su trabajo y acudan a apoyar a Artur Mas cuando próximamente declare ante la Justicia. Y lo hemos constatado de nuevo con Vidal cuando alardea de que el mismo gobierno conoce todas los datos fiscales de los catalanes; es decir, desde el monto de su riqueza hasta la más mínima de sus inversiones. 

Sin duda que la utopía que pudo entrañar la independencia para algunos cándidos, lleva camino de convertirse en un tiempo récord en una distopía. Una vez más, dirían los clásicos. También los del mediterráneo.

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