martes, 10 de enero de 2017

Motivo de reflexión

El Parlamento turco ha iniciado el proceso para otorgar más poder a Recep Tayyip Erdogan, reforzando las competencias del presidente de la República, en un paso más del desmantelamiento de la democracia parlamentaria del país euro-asiático, que un día aspiró a integrarse en la UE. La formación de Erdogan, el islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo, no logró una mayoría suficiente para proceder a la reforma constitucional, pero tal inconveniente no ha desalentado a su líder, que se siente más fuerte tras derrotar al golpe de Estado sufrido en julio pasado. Desde entonces, el país vive bajo el Estado de Emergencia, que ha servido para que Erdogan silencie a la Prensa e imponga sus postulados a los militares, tradicionales garantes del laicismo de la República turca.

Ahora, el dirigente islamista impondrá su reforma en el Parlamento con un somero debate de un par de semanas y luego convocará un referéndum con el que pretende legitimar toda su maniobra para alcanzar un poder incontestable. 

Sin duda, que no es la primera vez que un aspirante a tirano utiliza el mecanismo de los plebiscitos o si se prefiere, en lenguaje más actual, del derecho a decidir. Porque ese va a ser el único instrumento del que dispone para asaltar los cielos. Lo digo para incitar a la reflexión a todos aquellos que se les hace la boca agua con los referéndum.

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