lunes, 13 de julio de 2020

Cinco titulares para dos elecciones

Las elecciones en Galicia y Euskadi nos dejan varios titulares:


  1. La victoria arrolladora de los candidatos moderados y menos conflictivos con el gobierno central durante la crisis del coronavirus. Feijoo y Urkullu han rentabilizado en las urnas un saber hacer, lejano a la crispación, aplicando en sus respectivos territorios una gobernanza escasamente ideologizada y atendiendo a las soluciones técnicas. Muchos gallegos y vascos se lo han agradecido.
  2. La cuarta mayoría absoluta del candidato del PP en Galicia y la holgura de la misma, convierten a Feijoo en un referente de centrismo político, alejado de la orientación del mismo partido a nivel nacional. Tal hecho cuestiona a Pablo Casado, quien ha pretendido poner coto a la vía de agua provocada por Vox con una búsqueda de regreso a las esencias de la derecha. El desastre de su candidato en el País Vasco, Carlos Iturgaiz, a quien impuso sobre el pragmático Alfonso Alonso, corrobora el fracaso del planteamiento de Casado, que se ha saldado en Euskadi con la confirmación de la pérdida de Alava y su entrega al nacionalismo del PNV. Si, hace una quincena de años, alguien hubiera vaticinado que el PP apenas sería relevante en la provincia vasca meridional, nadie le habría hecho caso. Hoy en día, es la cuarta fuerza política provincial, cuando fue la primera tras heredar la hegemonía de la UCD de la Transición democrática. Y encima, Vox logra allí su único escaño.
  3. El incremento del voto del nacionalismo vasco, especialmente el de EH Bildu, los herederos de Batasuna, corrobora su atractivo entre las nuevas generaciones de vascos. Y a la vez el fracaso de las formaciones que sufrieron la violencia etarra de convencer en el debate moral a los nuevos votantes. Entre los vascos más jóvenes, el recuerdo de ETA no es una losa que perjudique a la formación que reclama su legado ideológico. En este sentido, la victoria de la democracia sobre ETA no ha disfrutado del corolario consecuente en la mentalidad de las nuevas generaciones.
  4. El nacionalismo se recupera también en Galicia, desplazando el BNG a los socialistas como la oposición al PP. Reaparece así un viejo actor político, que ya tuvo mucho predicamento en la década de los noventa con un duro discurso social e identitario.
  5. Los comicios de ayer, tanto en Galicia como en Euskadi, corroboran además que elección tras elección Podemos avanza hacia la irrelevancia. Nueve años después del 15-M, cabe preguntarse ¿qué queda de aquello? Poco, salvo su reacción: Vox.

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