miércoles, 1 de julio de 2020

El fin del siglo americano

El siglo XX es conocido con razón como el siglo americano, en concreto de los Estados Unidos, que más allá de ser la potencia hegemónica, cuyo paroxismo llevó en la última década al triunfo sin paliativos sobre la opción rival comunista, supuso la exportación de un modo de vida que se extendió por todo el planeta, presentando tal sistema cultural como la manifestación más lograda de la evolución humana, ejemplo del espejo en el que mirarnos.


Dos décadas después de iniciado el siglo XXI, tal imagen ha quedado rota. Tensiones raciales, derivadas de una construcción nacional excluyente de la numerosa minoría negra llegada en condiciones de esclavitud, flagrantes desigualdades sociales derivadas de una ideología ultraliberal que pone en entredicho la democracia, acercándolo a los que denominamos Estado fallido, al mostrar sus limitaciones ante una epidemia como la que padecemos en el mundo, son algunos de los síntomas del fin de toda una época. También, el hecho, tal vez más anecdótico, pero no por ello menos preocupante, de la incapacidad para elegir a los mejores a la hora de dirigir el país, como evidencia la llegada al poder de Trump, algo que siempre se repite cuando los imperios inician su decadencia.


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