martes, 5 de marzo de 2013

Despiadada lucha de poder

De lo tratado ayer por la Congregación General reunida en Roma ha trascendido la petición de un grupo de cardenales para conocer los secretos del caso Vatileaks, aquellos que influyeron en la renuncia de Benedicto XVI. Fueron los cardenales de la Iglesia brasileña, aquella que reúne el mayor número de católicos del mundo, los que plantearon la exigencia de conocer el resultado de aquella investigación, antes de reunirse en cónclave. El ahora Papa emérito decidió que lo averiguado entonces sería solo conocido por él y por su sucesor, amén de los tres cardenales octogenarios que recopilaron la investigación, no por el resto del colegio cardenalicio. Sin embargo, en sede vacante, la máxima autoridad es precisamente ese Colegio Cardenalicio, algunos de cuyos miembros quieren aclarar una serie de puntos oscuros antes de proceder a encerrarse en la Capilla Sixtina y elegir al sucesor de Benedicto XVI. La investigación llevada a cabo hace referencia al caso que llevo al banquillo al mayordomo del Papa, el fiel Paoletto, que fue condenado a una pena simbólica, siendo posteriormente perdonado por el Papa. En aquel juicio, la investigación secreta ordenada por Benedicto XVI no se incorporó a la causa.  ¿Y qué es lo que revelaría aquella investigación secreta? Lo desconocemos, pero seguro que encubre una despiadada lucha de poder que han llevado hasta la renuncia a un Papa.

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