martes, 12 de marzo de 2013

Diferencias entre la justicia británica y la española

En la renuncia del alcalde Ponferrada, el espantoso fiasco que se ha llevado Rubalcaba ha ocultado otros detalles del caso, que en mi opinión no haN sido debidamente valorados. El acosador, Ismael Álvarez, había pagado su deuda con la Justicia. Sí, así fue. Quizá nos debiéramos preguntar si la infamia de su delito debe perseguirle mientras viva o quizá debamos aceptar que el fin de nuestro sistema judicial es la rehabilitación. Otra cosa es la levedad a la que fue condenado. Ismael Álvarez solicitó los favores sexuales de Nevenka Fernández en el marco de una relación laboral que llegó a provocar en la vìctima una situación objetiva y gravemente hostil y humillante. Fue condenado solo a una multa de 2.160 euros y una indemnización de su víctima de 12.000 euros. Nada de cárcel. En 2003, se reformó el Código Penal para incluir la pena de cárcel hasta cinco años para los acosadores. En Gran Bretaña, el ex ministro Chris Huhne ingresó ayer en la cárcel por obstruir a la Justicia. Su delito ha sido mentir, al endosar a su ex mujer una infracción de tráfico  en un intento de conservar los puntos del carnet de conducir. El político, que aspiraba a liderar el Partido Demócrata-Liberal, ha sido concenado a ocho meses de cárcel. Y ya ha empezado a pagarlo. Es posible que en tres meses logre abandonarla al concedérsele la libertad provisional. En España, su ingreso en prisión sería imposible y nos muestra las diferencias entre un sistema judicial y otro. Tal vez debería ser motivo de reflexión.

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