Izquierdas diferentes

Desde la caída del Muro de Berlín, nada dio tantas esperanzas a una parte de la izquierda, huérfana, que la revolución bolivariana de Hugo Chávez. Al igual que la comunista, la bolivariana no se ha destacado por su respeto a la democracia, aunque a diferencia de la soviética, ésta llegó y se mantuvo en el poder por los votos. Pero, lo suyo no era el respeto por las libertades y derechos democráticos. Chávez puso el acento en combatir la pobreza, destinando en los últimos diez años más de 300.000 millones de euros en inversión social. El líder del Socialismo del siglo XXI disponía de una inagotable fuente de recursos: el petróleo, repartiendo el maná no solo por Venezuela, sino también por Cuba, Nicaragua, Bolivia, etc... Y exportando así su revolución no solo por el continente americano, sino también por otras tierras, incluidas las europeas. Aquí, en España suscita enormes simpatías entre el electorado de Izquierda Unida y de Bildu. Es lógico. Hay una parte de la izquierda, al igual que de la derecha, que aún no ha asumido la democracia, aunque se le llene la boca con ella. La Revolución prima sobre las formas. Afortunadamente, hay otra parte de la izquierda, al igual que de la derecha, que se hizo demócrata de convicción hace mucho tiempo.  Y ese es el único camino. No queramos repetir en este siglo XXI los terribles errores del XX.