miércoles, 31 de julio de 2013

Chivo expiatorio

Parece que instituciones, empresas y gran parte de los medios de comunixación han encontrado el chivo expiatorio del grave accidente de Santiago de Compostela: Francisco José Garzón, el conductor del tren. Evidentemente, el maquinista tiene una grave responsabilidad en lo ocurrido, que me imagino que le perseguirá en su conciencia mientras viva y que le ocasionará una temporada larga en prisión. Nada que objetar a ello. Tan solo es sorprendente que se quiera cargar toda la responsabilidad en este hombre. ¿Que hace un operario de Renfe llamando por el teléfono corporativo al maquinista, minutos antes del accidente? Parece que le estaba indicando donde debía aparcar el convoy una vez hubiera dejado a los pasajeros en Ferrol, mientras Garzón ojeaba una documentación. Sin duda que no era el mejor momento para hacer esto, pero pese a que en el protocolo de actuación interna se desaconseja utilizar el movil corporativo, parece que esto no es una actuación insólita. Es decir, es relativamente normal que mientras un maquinista conduce un tren, reciba una llamada de Renfe dándole instrucciones o diciéndole donde tiene que dejar el convoy. También es extraño que la existencia de esta llamada, recibida, no emitida por Francisco José Garzón, sea conocida ahora cuando lo ha revelado la caja negra. Renfe podía haber informado de ella desde el primer momento. Ahora, el juez sabe que dos minutos antes del accidente sonó el movil corporativo, que no particular, del maquinista. Debía circular en ese momento a más de 200 kilómetros por hora, ya que se encontraba habilitado para ello al hallarse en una zona recta anterior a la curva de A Grandeira. A esa velocidad y atendiendo una llamada de tu empresa es fácil despirtarse. Demasiando fácil. También sería bueno saber exactamente porque no hay señales de reducción de velocidad en la vía antes de llegar a la curva. Aquí sería bueno que las administraciones, tanto la actual del PP, como la que había cuando se diseñó la curva, del PSOE, dieran explicaciones. Escribí hace uno días que Francisco Garzón era un imprudente, pero un hombre honesto. Me reafirmo. Ni siquiera alegó ante el juez que estaba distraído porque le llamaron del trabajo. Ahora se explicarán ustedes por qué fue formalmente detenido por la policía el maquinista. De esa manera, nos pudieron ofrecer la imagen de Francisco José Garzón esposado. Había que criminalizarlo.

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