Un descerebrado

La destitución fulminante de Juan Carlos Gafo como director de la Marca España es una decisión absolutamente correcta, ya que es impensable que uno de los máximos dirigentes de la imagen exterior española denigre a una parte de ellos, en este caso, a los catalanes. Lo realmente sorprendente es que este señor haya llegado a ser el número dos de la Matca España y que antes fuera el embajador de España en el Líbano y director del departamento de Protocolo de Presidencia del Gobierno. ¿No deberíamos preguntarnos cómo es posible que un descerebrado de tal calibre pueda alcanzar puestos de responsabilidad tan importantes? Algo no funciona bien cuando algo así ocurre.