Moción de censura

Parece que el PSOE se verá obligado a presentar la moción de censura, salvo que incumpla la palabra de su secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba. Y será así porque ni al PP y menos a Mariano Rajoy le interesa dar explicaciones sobre el caso Bárcenas. El presidente del Gobierno, ya de por si parco en palabras, es consciente que cuánto más hable más puede enredarse, por lo que lo lógico es que no de explicaciones, ni en el Congreso, ni en ningún otro foro. Este hecho, lamentable en una democracia, tiene su explicación. El coste político del caso Bárcenas ya lo ha asumido Rajoy. Ahora queda diluciidar en los tribunales el coste judicial. Y aquí Rajoy sabe que tiene poco que temer. Habrá finalmente una condena por financiación ilegal del PP, pero que no alcanzará al presidente del partido, es decir a Rajoy. Sobre su sobresueldo, unos 25.000 euros al año, se buscará una explicación medianamente convincente y explicativa de un plus salarial en la media de los profesionales de este país. Tan solo podría temer Rajoy y todo el partido, que los empresarios donantes reconocieran los hechos y los ligasen a la adquisición de contratas y obras públicas. Ese sería otro escenario, mucho más perjudicial para el PP y para Rajoy.