miércoles, 24 de julio de 2013

La sucesión de Griñán

La sucesión express de José Antonio Griñán no deja de causar sorpresas, aunque era previsible el final anuniado ayer por el interesado. El caso de los ERE le ha dejado poco margen de actuación a quien fue consejero de Economía y Hacienda cuando se ororgaban las ayudas. Precisamente, mañana comparece ante la juez Mercedes Alaya el interventor de la Junta de Andalucía que alertó a Griñán hasta quinxe veces del procedimiento irregular seguido. Pero más relevante me parece la sucesión en sí. Griñán ha elegido a Susana Díaz, una mujer de partido, que no ha tenido ninguna experiencia profesional fuera de su trabajo en el PSOE. Es decir, la furura presidenta de la Junta de Andalucía desconoce lo que es trabajar profesionalmente en la sociedad civil, lo que es un relevante handicap. El modelo del político de por vida no es lo mejor para la democracia. Pero los problemas no acaban ahí. Griñàn eligió a Díaz sin ninguna cortapisa. Fue una decisión personal. A dedo. Luego, Susana Díaz se tuvo que presentar a unas elecciones primarias, donde sus rivales no alcanzaron el número de avales necesaros, de tal manera que la elegida por Griñán fue proclamada por el PSOE andaluz como candidata en Andalucía. No hubo votación. Ahora, Griñán se retirará en septiembre y Díaz será presidenta de la Junta de Andalucía. Evidentemente tendrá el refrendo del Parlamento andaluz, pero no habrá pasado por unas elecciones en las que los ciudadanos expresen su opinión. En suma, desde el punto de vista democràtico, la sucesión presena muchas dudas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario