Colonización política

El caso de la militancia política de Francisco Pérez de los Cobos, presidente del Tribunal Constitucional, ha tenido la virtud de propiciar una reacción de escándalo, que no deja de terner un regusto a descubrimiento de algo que estaba ahí desde hace mucho tiempo. Me explico. Éste abrirse las carnes de repente presenta un tufo demagógico. Más que en el hecho de que Pérez de los Cobos haya sido al menos hasta 2011 militante del PP, el problema radica en la permanente colonización de vitales órganos estatales por los partidos políticos. Evidentemente somos presos de nuestro pasado. Tras la dictadura franquista se dio manga ancha para que todo ámbito fuera inundado por la ideología y sus agentes propios: los partidos políticos. Constitucional, Consejo de Estado, Defensor del Pueblo, Comisión Nacional del Mercado de Valores, etc... Y ahí está el error. Es necesario descolonizar estos órganos, que deben nutrirse de personalidades técnicas que desarrollen profesionalmente su trabajo. La lista, incluso, debería ampliarse a Radio Televisión Española, Fiscalía General del Estado, direcciones generales de la Administración del Estado, etc.... Eso sin entrar en las otras administraciones: la autonómica regional y la local, a las que también les vendría bien desideologizarse.