martes, 21 de abril de 2015

Ciudadano Rato

Las vicisitudes por las que atraviesa el ciudadano Rodrigo Rato alimentarán durante tiempo la crónica periodística, pero ahora conviene analizar el daño que el escándalo infringirá al PP en este año electoral. El partido dirigido por Mariano Rajoy confiaba en que la tan anunciada recuperación económica y el daño que Podemos haría al PSOE sería suficiente para mantenerse en la Moncloa, después de que muchos electores se taparan la nariz ante los anteriores casos de corrupción que habían afectado al partido de la calle Génova, incluido el protagonizado por Luis Bárcenas.

Pero el escándalo Rato ha saltado en un momento muy peligroso para las aspiraciones del PP. Justo cuando ha surgido una alternativa centrista creíble: la de Ciudadanos, capaz de disputar al PP una franja electoral que se puede mostrar decisiva a la hora del reparto de escaños. Si tras las elecciones de finales de año, el Congreso se divide entre cuatro grandes fuerzas, habrá llegado el momento de los pactos. El PP podrá seguir siendo la fuerza más votada, pero eso no le garantizará la continuidad en el poder.

Y esa situación será debida en gran parte al ciudadano Rato.

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