jueves, 23 de abril de 2015

La ceguera de Chaves

José Antonio Griñán parece dispuesto a dar el último paso que la decencia, pero también la lógica, obliga: renunciar a mantener su escaño de senador en mayo próximo, cuando el nuevo Parlamento andaluz renueve su representación en la Cámara Alta.

El expresidente andaluz ya reconoció la existencia de un gran fraude en el caso de los ERE, negando eso sí que desde la Junta se hubiese urdido. Es probable que fuera así y que ni él, ni Manuel Chaves, hubiesen organizado el saqueo de dinero público que se produjo, pero en cualquier caso las responsabilidades políticas en las que han incurrido son evidentes, al permitir que eso ocurriera bajo sus barbas.

La decisión de Griñán deja a los pies de los caballos a su antiguo amigo Chaves, un político que desde la foto de la tortilla no ha dejado de ocupar cargos públicos. Es más, Chaves es el prototipo de una generación que hizo bandera del servicio público, presentándose no solo como adalid de ello, sino incluso justificando su misma actuación vital. Tal vez eso explique, que no justifique, su ceguera.

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