martes, 14 de abril de 2015

Entrevista póstuma de Grass

De la última entrevista publicada hoy por Juan Cruz en El País al recién fallecido escritor Günter Grass, extraigo dos reflexiones, una que comparto y otra que considero preocupante. Vaya por delante mi admiración al autor de "El Tambor de hojalata".

La primera es la crítica velada a la actuación de la Unión Europea sobre Ucrania. Critica, con razón, el que fue premio Nobel, los "fallos tremendos" cometidos por los países europeos al prometer a Ucrania "que formará parte de la Unión Europea y luego de la OTAN". "Es lógico que un país como Rusia reaccione nervioso. Todas esas reacciones de Putin tienen sus causas", añadía el escritor alemán, mientras ponía el dedo en la llaga: en Europa "todavía dependemos demasiado de los deseos de los americanos".

Nada más se puede añadir: en Europa despreciamos los intereses rusos, sean legítimos o no, a la par que somos demasiado solícitos ante los de los norteamericanos. Toda la razón.

En cambio, quien fuera en su juventud irreflexiva miembro de las temibles Waffen SS, yerra al atribuir las causas de la inestabilidad mundial actual a "la actitud de los victoriosos de la I Guerra Mundial". Al menos eso parece colegirse de la entrevista, que en este punto es poco clara. De haber sido ese su pensamiento, Grass se habría refugiado en el viejo argumento alemán victimista que incidía en que las durísimas condiciones impuestas por los aliados victoriosos de la Gran Guerra explicaron el nazismo y la reacción del Tercer Reich. Y con las terribles consecuencias que ello tuvo, lo que podría justificarlas.

No. Sencillamente, no. Auschwitz no tiene ninguna justificación.

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