viernes, 17 de abril de 2015

La caída de los dioses

La caída en los abismos de Rodrigo Rato motivan muchas reflexiones, entre ellas la de la rueda de la fortuna, tan voluble. Pero también, constatamos. una vez más, lo que podríamos denominar el síndrome de la invulnerabilidad, que padecen algunos de los integrantes de la elite político-económica de éste país.

El exvicepresidente del Gobierno, nieto de un ministro e hijo de uno de los que ganaron la guerra, debía estar convencido de que no iban a levantar una mano contra él los organismos que tiene el Estado para perseguir las conductas susceptibles de ser investigadas.

Tal endiosamiento podía habérselo evitado mirando el ejemplo de su padre que dio con sus huesos en la cárcel por delitos monetarios. Pero quien se convirtió en el director gerente del Fondo Monetario Internacional, la institución mundial que aplica una mano de hierro por la ortodoxia capitalista, debió pensar que él estaba ya por encima de todo.

Es de agradecer que no haya sido así. Al menos para los ciudadanos que creemos en el Estado de Derecho.

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