viernes, 9 de octubre de 2015

En manos de la Revolución

Lo que propone la CUP es sencillamente la Revolución. Su apuesta por la ruptura con lo que denominan el Régimen español, es llana y simplemente acabar con el Estado de Derecho en esa comunidad autónoma. Y consecuentemente con la democracia existente allí desde hace casi cuarenta años, largo período que ha permitido a esa región alcanzar las mayores cotas de progreso de toda su historia.

Habrá gente que se muestren conformes con ello, en nombre de la igualdad social, como las hubo que apoyaron los regímenes totalitarios de Europa del este durante la aegunda mitad del siglo XX. Porque no nos engañemos, el ideal de la CUP es reeditar algo parecido a la Albania comunista. Sí, convertir Cataluña en aquel país balcánico caracterizado por la pobreza generalizada y la represión de las libertades. Todo ello en nombre de una idolatrada utopía: la igualdad social de todos.

Y de ello debemos ser todos conscientes, especialmente aquellos burgueses que el otro día aplaudían en el Liceo a Artur Mas. Unos burgueses, por cierto, herederos de aquellos que a principios del XX pretendieron y en gran medida lograron convertir a Cataluña en la locomotora del progreso de toda España. Herederos, incluso de sangre, como descendientes de aquellas grandes familias que industrializaron esa región y toda España. Muchos de elos nietos de aquellos que en 1939 salieron a recibir al ejército sublevado, brazo en alto, que les había liberado de la Revolución.

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