miércoles, 7 de octubre de 2015

Hipocresía

Tras la oleada de refugiados de Oriente Próximo que ha perturbado a Europa, los organismos unitarios empiezan a reaccionar. La Comisión Europea se ha acordado ahora de una Turquía a la que desdeñó como futuro miembro, ofreciéndole un acuerdo que pretende frenar a los migrantes en aquel país asentado entre Europa y Asia.

Al compromiso turco para acoger en campos de refugiados a los que huyen de la guerra siria, Bruselas correspondería con el desembolso de dinero: de los mil millones de euros ya comprometidos se podría pasar a cerca de diez mil. Además, la oferta europea incluye algo acariciado durante muchos años por los turcos: que se les exima de visado para entrar en la Unión Europea.

Nuestras autoridades comunitarias aceptan así liberalizar el tránsito turco en Europa, posibilidad barajada hace pocos años y que provocó el que muchos líderes nacionales europeos se rasgaran las vestiduras, negándose tajantemente a ello. Ahora aceptamos a los turcos, pero para evitar a los sirios, afganos y otros que aspiran a mejorar su vida en el primer mundo. Una muestra más de la hipocresía humana.

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