martes, 12 de enero de 2016

Vamos a imaginar

Vamos a imaginar que el PP vuelve a gobernar, ahora en minoría y sin ningún apoyo estable en el Congreso de los Diputados. Eso fue posible gracias a que el PSOE se abstuvo en la sesión de investidura de la persona que ahora ocupa la Presidencia del gobierno.

Con aquella concesión los socialistas lograron que se abriera el debate de la reforma constitucional en la preceptiva comisión parlamentaria y que el consenso sobre la extensión de la protección social haya avanzado, lo que de concretarse permitirá cambiar también algunas disposiciones anacrónicas de nuestra Carta Magna, como la prevalencia del varón sobre la mujer en la sucesión de la Jefatura del Estado.

También ha habido algún avance, aunque más tímido, sobre la cuestión territorial, el principal demonio de la España contemporánea. De hecho, la situación se empezó a desbloquear con el apoyo de prácticamente todos los grupos parlamentarios, incluido el PP y los independentistas catalanes, a la propuesta de que fuera un socialista el presidente de las Cortes.

El PSOE consiguió así mostrarse ante los ciudadanos como el partido de la centralidad de España, lo que ha combinado durante estos tres últimos años con una sostenida labor de oposición al gobierno. De tal manera que en las próximas elecciones, a celebrar a mediados de este año de 2019, los socialistas tienen el viento claramente a favor de ganarlas y llevar a su candidato a la Moncloa.

Estos días de principios de 2019, preelectorales, todos los analistas destacan la inteligencia del líder socialista que hace tres años diseñó tal estrategia.

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