El previsible fracaso de la ronda de consultas que lleva a cabo el rey conducirán a la apertura de un período de reflexión. Con ello, el monarca pretende que los líderes de los cuatro grandes partidos se replanteen lo actuado hasta ahora y propicien la formación de un gobierno.
Si no se consigue así desbloquear la situación, abocándonos a nuevas elecciones, ninguno de los cuatro dirigentes debería volver a presentarse a los comicios. Su abandono de la primera línea política sería la justa contrapartida a su incapacidad para llegar a acuerdos.
Al menos, así sabríamos que tras una nueva votación, habría posibilidades reales de formar un gobierno.
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