viernes, 17 de noviembre de 2017

Nuevo Cervantes

Sergio Rámirez es sin duda un merecido ganador del premio Cervantes, el máximo galardón de las letras hispanas. No solo por su prosa, vertida en cuentos, novelas, artículos periodísticos y ensayos, sino por su trayectoria personal, tan vinculada a la política. Protagonista de la revolución sandinista nicaragüense, país del que llegó a ser vicepresidente, es el prototipo de aquella generación, que hoy peina canas, deslumbrada en su juventud por la justicia social, capaz de dejar todo por la utopía. Muchos se quedaron en el intento. Otros, una vez instalados en el poder se corrompieron. Y los menos, fueron capaces de hacer autocrítica y comprender que habían llevado al mundo a una nueva distopía.

Es el caso de Sergio Ramírez, cuyas incesantes críticas al peronismo, al chavismo y a todos los populismos que anegan el mundo, le permitieron comprender que la noble y quijotesca figura del hidalgo de la Mancha debe seguir cabalgando, pero solo como ejemplo, nunca como imposición. 

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