viernes, 4 de enero de 2019

El dilema de Rivera

Albert Rivera se enfrenta en los próximo días al mayor dilema al que debe hacer frente en su carrera política. De hecho, Ciudadanos se encuentra en una encrucijada que afectará al devenir de la formación emergente.

Ciudadanos nació en Cataluña como una alternativa al nacionalismo catalanista que progresivamente se embarcaba en un incierto proceso soberanista. Tal hecho marcó su principal señal distintiva hasta el punto que ha convertido a la formación naranja en el más fiel representante del nacionalismo españolista, surgido como reacción al catalanista, y que ha tenido su mayor expresión visible en las banderas bicolores izadas en innumerables balcones del país.  Ciudadanos ha complementado su ideario con una deriva hacia posiciones derechistas en materia social, olvidando su origen socialdemócrata y abrazando el liberalismo. Por ello, ha terminado restando más votos al PP que al PSOE. Todo ello ha supuesto que la formación sea vista hoy en día como un partido  encuadrable en el centro derecha.

Y es en ese camino donde se presenta la encrucijada a la que debe hacer frente Rivera. La súbita aparición de Vox ha distorsionado la plácida espera del líder de ciudadanos que mes a mes, encuesta tras encuesta y elección tras elección, veía acercarse, sin apenas esfuerzo, el objetivo de su carrera: el sorpasso a un débil PP, sin liderazgo sólido, tras el congreso que defenestró a los más centristas. Para Rivera, era cuestión de esperar para convertirse en la formación más respaldada de ese centro derecha que ya atisba el Palacio de la Moncloa.

Pero, para alcanzar la Presidencia del gobierno, Rivera debe despejar una cuestión clave: lo hará con los votos de Vox o renunciará a ello, combatiendo a la formación de Santiago Abascal. Por eso, lo que estamos viviendo estos días en Andalucía es tan relevante. Por su dimensión nacional, que se puede sintetizar en elegir por el corto plazo, otorgando a Vox el protagonismo al que aspira y legitimándolo, o por el largo plazo,  aislando y reduciendo a los de Abascal.

Ciudadanos y Vox pelean por el voto nacionalista españolista, pero discrepan en materia económica: liberales los de Rivera y más sociales los de Abascal. La decisión que tome el líder de Ciudadanos es, sin duda, la más importante de las que ha tenido que adoptar en el pasado: o aceptar o combatir a Vox.  Ahí se decidirá el futuro de la derecha, tanto en su composición interna como en su aspiración al poder.


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