sábado, 26 de enero de 2019

Julen

Consumada la tragedia de Totalán, cabe hacer algunas reflexiones. Entre ellas y en lugar destacado, valorar la enorme demostración de solidaridad popular y articulación efectiva de los diferentes cuerpos e instituciones, volcadas en el rescate.

También,  desear que la investigación judicial establezca las responsabilidades en torno a quién tuvo la iniciativa de construir aquel pozo sin autorización y quien lo hizo sin asegurar su sellado. Más allá de eso, conviene no caer en especulaciones gratuitas, alejadas hoy por hoy, a la luz de los datos conocidos, de cualquier racionalidad.

Y por último, y no menor, conviene también hacer una reflexión sobre la utilización sentimental de un luctuoso hecho, en beneficio empresarial de unos medios de comunicación en busca de aumentar sus audiencias. Una actuación que se lucra del sentimentalismo que, desgraciadamente, es el signo de estos tiempos.


Nada más. Descanse en paz. 

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