viernes, 28 de febrero de 2020

El origen del `procés´

Algo básico para resolver un problema reside en identificar meridianamente las causas que lo provocaron. Nadie que no esté en su sano juicio discutirá este aserto.

Digo esto para asentar una base argumentativa sobre la mesa de diálogo que los gobiernos español y catalán mantienen actualmente en un marco bilateral. En la primera reunión de dicho foro, ambas partes exteriorizaron las razones que habían llevado a la grave crisis que vive Cataluña en el seno de España, según han indicado las filtraciones que ha habido sobre lo tratado.

En esa reunión, la vicepresidenta Carmen Calvo consideró la causa de las disensiones existentes en el fallo del Tribunal Constitucional de 2010, cuando este anuló diversos artículos del actual Estatuto que habían sido aprobados por las Cortes y plebiscitados afirmativamente por los catalanes. En cambio,  Josep María Jové, considerado la eminencia gris del proceso independentista catalán, sostuvo que fue antes, entre 2003 y 2006, cuando se negoció aquel nuevo Estatuto, de espaldas a la población catalana, según su interpretación, lo que frustró a buena parte de los catalanes.

No estoy de acuerdo totalmente con ninguna de las dos explicaciones, aunque he de admitir que es mucho más consistente la explicación de Jové que la de la vicepresidenta del gobierno, más allá de que sea un despropósito que se anticipe la ratificación popular a los dictámenes jurídicos, algo que convendría cambiar en nuestro ordenamiento político.

Pero indudablemente, la crisis se originó en 2004, como acierta el arquitecto del proceso soberanista, lo que, salvo mentira manifiesta, es bastante plausible, viniendo de quien estuvo detrás de toda la euforia independentista experimentada desde entonces. 


En efecto, fue la intención de Pasqual Maragall, entonces dirigente del PSC, y de Josep-Lluís Carod-Rovira, de ERC, de perpetuarse al frente de la Generalitat y laminar a la entonces CiU como alternativa de gobierno en Cataluña, la que propuso un nuevo Estatuto para Cataluña, cuando en aquel momento no había una base sustancial entre la población catalana que lo reclamase, matiz relevante y por el que ustedes entenderán que no estoy de acuerdo totalmente con lo dicho por Jové. Fue en suma, un interés partidista, en este caso tanto del PSC como de ERC, lo que puso en marcha el lodo que hoy en día padecemos.

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