La propuesta que está cocinando el PSOE en materia territorial parece ganar coherencia con el paso del tiempo, segùn lo poco que va trascendiendo de los trabajos que coordina Ramón Jáuregui. Ya no se trata de crear un Estado federal, sino de introducir elementos federales en el Estado autonómico. El matiz no es menor, sin duda. Históricamente los Estados federales se han planteado para unir lo diverso. Ahí están el caso de Estados Unidos, nacido de la unión de trece colonias, cada una diferente, o Alemania, surgida de una pléyade diversa de reinos, ducados y ciudades-libres.
Aplicar el Estado federal a España supondría aceptar el principio de que queremos unir lo que en origen fue diverso, cuando lo que se trata con nuestro país es de reconocer la mayor diversidad que se ha ido acentuando con el paso del tiempo. Por ello, insistir en la fórmula autonómica no parece un mal camino. Incluso, potenciarla con la inclusión de elementos federales. El mayor problema llegará cuando haya que plantearse aceptar más asimetría entre las partes para intentar contentar a algunas nacionalidades históricas.
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