jueves, 6 de junio de 2013

De nuevo a la cárcel

Miguel Blesa, el amigo de Aznar que fue nombrado presidente de Caja Madrid, volvió anoche a ingresar en prisión. Esta vez su encarcelamiento no es eludible mediante fianza. Hace tres semanas, Blesa ya pasó una noche en prisión, consiguiendo salir al día siguiente al pagar 2,5 millones de euros. Ayer, el juez encargado del caso lo envió de nuevo a la cárcel, tras recibir la investigación policial sobre los correos electrónicos de Blesa. En ellos, el juez aprecia que el ex presidente de Caja Madrid se esmeró en eludir los preceptivos controles de la Comunidad de Madrid, además de sembrar dudas sobre el destino de 100 millones de euros. Hasta aquí la actuación de un juez, del que se supone que actúa movido por la Justicia. Pero la fiscalía estudia acusar a Epidio José Silva, el magistrado del caso, de prevaricación por temer que su actuación pueda anular lo instruido. Y desde diversos medios de información se insiste en calificar a Epidio José Silva de magistrado conflictivo, sacando a relucir actuaciones suyas como juez y particular de dudosa rectitud. Desconozco hasta que punto estos extremos anulan su actuación como juez, pero difícilmente se puede extrapolar una animadversión hacia Blesa. Ha habido otros jueces muy malos instructores que han sido elevados a los altares, precisamente por los mismos medios que ponen en duda a José Epidio Silva. Lo lógico es confiar en la imparcialidad del juez, salvo que el problema sea que nos escandaliza que un banquero vaya a la cárcel. A mi me causa más rechazo que un ciudadano acaudalado pueda eludir la cárcel. Ese debería ser el verdadero debate: ¿Hasta que punto es lícito que los que dipongan de dinero puedan eludir la cárcel?

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