viernes, 14 de febrero de 2014

Crisis en Navarra

El supuesto caso de injerencia de la vicepresidante de la Diputaciön Foral de Navarra, Lourdes Goicoechea, en beneficio de algunas empresas que habría asesorado, merece la constitución de una Comisión de Investigación, que ayer aprobó el Parlamento de aquella comunidad. También que la Justicia investigue si la vicepresidenta y consejera de Hacienda se extralimitó al querer conocer si determinadas empresas eran o no investigadas por la Hacienda Foral. Y todo ello con el objetivo de que la segunda de Yolanda Barcina, presidenta de Navarra, haga frente a sus responsabilidades. Por ello se entiende que los socialistas navarros hayan abogado por la creación de la comisión. La iniciativa merece todos los aplausos, pero el PSOE debería tener cuidado con acelerarse en su actuación, no vaya a ser peor la frenada. De entrada, el secretario general de la federación socialista de Navarra, Roberto Jiménez, ha anunciado un órdago, dando quince días a la comisión para que aclare los hechos. Si no es así, y es previsible que el partido en el gobierno, la Unión del Pueblo Navarro, ponga las pegas suficientes para que se diluya el caso, los socialistas amenazan con presentar una moción de censura. El problema es que de los otros partidos de la oposición el más importante es Bildu, es decir, la izquierda abertzale. Los socialistas tienen difícil alcanzar el poder en Navarra sin el consurso de Bildu. Pero ello no debe ser excusa para aunar estrategias con los que hasta hace poco jaleaban los atentados de ETA. El socialismo español ya cosechó anteriormente un error garrafal de ese tipo. Fue cuando Maragall pactó con Esquerra Republicana de Catalunya para echar de la Generalitat a CiU. Lo ofrecido fue un nuevo estatuto para Cataluña, el origen de la mayor crisis territorial que padece actualmente España.

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