martes, 11 de febrero de 2014

Perversión de la democracia

La principal razón de la desesperante situación económica de Argentina radica en el gasto desenfrenado en subsidios repartidos por los gobiernos kirchneristas con el objetivo de ganar votos, Así de crudo. Durante la década en el poder del matrimonio Kirchner,  se ha propiciado el consumo entre los ciudadanos, sufragando el de las clases más desfavorecidas. Tamaña política económica ha estimulado la cultura del mínimo esfuerzo, además de llevar a Argentina a una tasa de inflación desbocada. La idea de los Kirchner era crear unas masas de consumistas, que les garantizaran el voto suficiente para ganar unas elecciones tras otras y alternarse formalmente en la Casa Rosada, perpetuándose así en el poder. Y para ello era necesario gastar y gastar del erario público, esquilmando los recursos. Mientras la escalada de los precios de las materias primas, de las que Argentina goza por su condición geográfica, permitió ese derroche, no hubo excesivo problema. Pero ahora, con ese mercado a la baja, las alarmas han saltado, amenazando con una nueva quiebra del país sudamericano. Sería la sexta vez que Argentina suspenda pagos, desde que se independizó de España a principios del siglo XIX.   Y todo ello envuelto en una retórica populista, que no hace ningún favor a las ideas de izquierda. En suma, un voto cautivo y consumista puesto al servicio de una dinastía. Eso es un claro ejemplo de perversión de la democracia.

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