lunes, 24 de febrero de 2014

Vodevil en Toulouse

ETA ha protagonizado un vodevil en un garaje de la localidad francesa de Toulouse, al que un comité de verificación, seleccionado por parte, ha pretendido dar verosimilitud. También Iñigo Urkullu parece haberse prestado a este sainete, lo que debería ser motivo de reflexión en la la medida en que un lehendakari no debería plegarse a determinadas manipulaciones. Pero, independientemente del ridículo en el que ha caído ETA, lo más relevante que se dirime en estos tiempos es la consolidación de un relato sobre lo tristemente ocurrido durante este medio siglo de existencia de la banda terrorista. Una sociedad democrática se juega mucho, si no es capaz de articular una narrativa en la que la violencia quede profundamente deslegitimada, así como todos aquellos que la practicaron. La derrota moral de ETA debe ser absoluta. No podemos permitirnos volver a asistir a un nuevo Abrazo de Vergara, que lave la cara de los terroristas, distorsionando la realidad de su derrota.

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