miércoles, 7 de mayo de 2014

Más allá de la laxitud moral

En la construcción del AVE entre Madrid y Barcelona, en los años 2002-2009, hubo incrementos del precio de hasta 230% y unos desembolsos injustificados de 415 millones de euros, según ha puesto de relieve el Tribunal de Cuentas. Dichas irregularidades, independientes de las que investiga la Fiscalía Anticorrupción y que se han saldado de momento con diez detenciones, no son asumibles para un Estado que se reclama del Primero Mundo. Este país tiene un grave problema de corrupción. Pero más allá de la laxitud moral de nuestra sociedad, existe probablemente también una erronea concepción de cómo debe contratar la Administración y sus necesarios sistemas de control.

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