viernes, 13 de noviembre de 2015

Guerra desbocada

El Estado Islámico debe acusar las intervenciones armadas de Rusia, Estados Unidos y Francia en Oriente Próximo porque ha decidido abrir otro frente bélico y a la vez desestabilizar Líbano. El doble atentado que ayer sacudió el barrio beirutí de Burj el Barajne, feudo de Hezbolá, muestra que los terroristas sunitas han resuelto atacar en su retaguardia a las milicias chiítas.

Asistimos así a un nuevo escalón violento en la guerra civil que desgarra Oriente Próximo y cuyas consecuencias sufrimos todos, como los miles de refugiados que atraviesan Europa nos han abierto los ojos.

Daesh, pues, ha removido el avispero libanés, región en la que el mosaico religioso es el más variado de todo Ortiente Próximo, buscando extender la guerra. Allí ya hay más de un millón de refugiados sirios qe han huido de las atrocidades del régimen dictatorial de Bachar al Asad y de sus opositores fanáticos islamistas.

El odio, en forma religiosa, cabalga desbocado por todo Oriente Próximo en una guerra que afecta cada vez más a un mayor número de personas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario