lunes, 2 de noviembre de 2015

La responsabilidad no es solo del que dispara

De la interesante entrevista a la exdirigente etarra Carmen Gisasola, hecha por el periodista Luis Rodríguez Aizpeolea, cabe extraer muchos titulares, entre ellos que haga hincapié en el cambio cultural que ha supuesto la consolidación del respeto a los derechos humanos, imponiéndose a otras consideraciones que hasta hace pocas décadas primaban, como la justificación revolucionaria. Entonces la demagogia de algunos teóricos, situados ideológicamente en la izquierda, impuso que no había nada por encima de la liberación de los pueblos y que ante ese altar cabían todos los sacrificios posibles.

Gisasola cumplió 24 años de cárcel y manifiesta su pesar por no poder reparar el daño causado, pero me parece mucho más sugestivo que reclame compartir su responsabilidad con aquellos teóricos que dieron curso libre a la violencia. Es más, al ser preguntada sobre su paulatino proceso crítico con la banda terrorista, responde señalando que fue debido a diversas razones políticas y éticas, entre ellas el asentamiento de la democracia en nuestro país. Pero añade algo mucho más relevante: "También percibí que gente significativa que animaba la lucha armada no se comprometía con ella". Es decir, constata que había algunos que azuzaban a otros mucho menos inteligentes a coger las pistolas y luego no asumían ninguna responsabilidad. De esos hay muchos que viven hoy día plácidamente, algunos incluso cobrando del erario público. No estaría de más, al menos, una asunción pública de sus errores. Las víctimas del terrorismo y en general la humanidad lo agradecerían, pero además tal hecho contribuiría en gran medida a asentar un relato de lo sucedido que ahonde en los abismos de ignominia a la violencia y permita avanzar hacia el futuro.

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