martes, 2 de febrero de 2016

El peligro de la ambición

Pedro Sánchez ha comunicado al rey su predisposición a formar gobierno, lo cual en nada es criticable. Si el partido ganador de las elecciones no puede lograr el apoyo de la mitad de la Cámara, es lógico que el segundo lo intente.

Obviamente lo va a tener más difícil, ya que dispone de menos escaños. Por ello, necesitará de un apoyo más heterogeneo. Y ahí es donde van a incidir los problemas a la hora de forman un gobierno. Sánchez tendría que limar las incoherencias de múltiples socios. Tarea ardua y complicada de la que no es fácil salir airoso. Máxime si pretende mantener la fidelidad al ideario socialista.

El dirigente del PSOE se ha embarcado en una dura travesía, sin un horizonte claro y en la que hay demasiados bajíos que pueden hundir una nave centenaria. ¡Es lo que tiene la ambición!

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