miércoles, 20 de abril de 2016

El idolatrado sentimiento, que oculta el egoísmo

¿Se acuerdan ustedes de Crosby, Still, Nash and Young, aquellos músicos prototipos de la contra-cultura estadounidense, que en los años setenta, forjaron uno de los mitos contestatarios del siglo XX?

Probablemente, sí. Y si no es así, sigan leyendo. No voy a recordarles la vida de ellos, ni glosar los significados de sus protestas, que incidían en denunciar la hipocresía de una sociedad sin valores. Tan solo voy a referime a unas declaraciones hechas por Graham Nash con motivo de la promoción de su último disco en solitario, titulado "This Path Tonight".

En ellas justifica su divorcio, tras 38 años de convivencia.De entrada, nada que criticar a una decisión que ha tomado en uso de su libertad. Pero, sí puede ser interesante para indagar sobre las motivaciones humanas, escuchar los argumentos que él mismo ofrece.

Nash, de 74 años, dice que se dio cuenta que necesitaba ser "razonablemete feliz" el resto de su vida. Tras una etapa gris emocional, se había enamorado de otra mujer, y había decido divorciarse. Nada que no veamos demasiadas veces repetido a nuestro alrededor. Pero a continuación, el músico revelaba la clave de su decisión, al dejarse llevar por la principal guía que había acompañado siempre a su vida, un consejo de sus padres: "Sigue a tu corazón". 

El sentimiento, como principio rector de toda una vida. Nada que objetar, aunque otros preferimos enfriarlo con la cabeza, aunque solo sea porque no queremos engañarnos, ya que somos muy conscientes de que los idolatrados sentimientos también ocultan el egoísmo.  

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