La apuesta del PNV

El PNV es consciente de todo lo que se juega en las próximas elecciones vascas. Por ello, ha decidido ir con todo y presenta al presidente de su ejecutiva, Iñigo Urkullu, como candidato a lehendakari.  No es lo habitual en la formación jeltzale comparecer con un candidato que es a su vez la máxima autoridad del partido, ya que desde su creación en 1895 por Sabino Arana siempre ha distinguido entre cargos públicos y cargos internos, manteniendo la bicefalia. Tan solo existe un precedente en estos 117 años. Fue también en un momento especial y trascendente: en 1980 con las primeras elecciones al Parlamemto Vasco en la transición democrática. En aquellos momentos, el PNV se jugaba mucho. Ni más, ni menos que demostrar que habían sobrevivido a cuarenta años de fraquismo y convertirse en el grupo minoritario más mayoritario en el primer parlamento vasco de la historia. Por ello, presentó como candidato a su propio presidente, que no era otro que Carlos Garaikoetxea. Incluso, Garaikoetxea compaginó su cargo al frente de la ejecutiva del PNV con el cargo de presidente del Consejo General Vasco, el organismo preestatutario, donde sucedió al socialista Ramón Rubial. Una vez ganadas aquellas trascendentales elecciones, Garaikoetxea dimitió como presidente del partido y fue elegido lehendakari en el parlamento. Al frente del PNV fue sustituido por Xabier Arzalluz. Pronto comenzarían los roces entre ambos que desembocaron seis años después en la más grave escisión sufrida en el nacionalismo vasco. Precisamente, la rivalidad contra aquellos escindidos condiciona y otorga una importancia inusitada a las próximas elecciones, que teoricamente se celebrarán el próximo mes de marzo, pero que previsiblemente se adelantarán a este año. En efecto, el PNV quiere mantenerse no solo como primera fuerza electoral en Euskadi, pero sobre todo lo que  se juega es ser la más votada entre los nacionalistas vascos.  El PNV quiere demostrar que dentro de la comunidad nacionalista es la primera fuerza, tras la vuelta de la Izquierda Abertzale a unas elecciones al Parlamento Vasco y tras el anuncio de ETA del  fin del terrorismo. Por eso, el PNV presenta a Urkullu. Porque tienen que sacar al menos un voto más que los partidos coaligados hoy en día en Amaiur: la antigua Batasuna, Aralar, sus hermanos escindidos de Eusko Alkartasuna y los filocomunistas de Alternatiba. Y ¿Por qué no presenta a Juan José Ibarretxe? Porque el PNV sabe que tras ganar las próximas elecciones necesitará apoyarse en el día a día en otras fuerzas políticas: en el PP y en los socialistas.