miércoles, 16 de mayo de 2012

Pintan bastos

Los días decisivos que auguramos la semana pasada se han hecho dolorosamente reales en esta semana en la que pintan bastos. La izquierda exquisita griega (Izquierda Democrática y Syriza) ha sido incapaz de entrar en un gobierno de coalición con la derecha de Nueva Democracia y los socialdemócratas del PASOK para intentar salvar al país heleno. Ahora, se convocarán nuevas elecciones para mediados de junio, pero difícilmente el resultado del escrutinio gustará a los acreedores de Grecia. Es más, si Grecia quiere evitar el colapso finaciero y no decretarse en quiebra necesita que la troika (FMI, Banco Central Europeo  y Comisión Europea) le envíe 18.000 euros en junio, que forman parte de los 130.000 millones del segundo rescate. Dependiendo del resultado, la troika puede o no mandar ese dinero, que Grecia necesita para pagar sueldos y pensiones. Y mientras el drama griego adquiere proporciones insospechadas, también el efecto contagio siembra la desolación en Europa. La prima de riesgo española supera los 500 puntos, situándonos en niveles de ser intervenidos. El Gobierno español, tras cuatro meses de ejercicio, parece tocado. Se ha visto obligado a una segunda reforma sobre el sector financiero, reconociendo implícitamente que la primera fue un fracaso. Y como si estuvieramos ya intervenidos, invita al BCE a supervisar los activos bancarios. Con esta tutela se pretende despejar las dudas sobre el sistema financiero español. Una tutela, por cierto, que vuelve a dejar en un muy mal lugar al encargado de esa labor, el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez.

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