martes, 10 de febrero de 2015

Capitalismo global

Entre los clientes del HSBC, el banco opaco que brindaba cobertura a evasores fiscales, se encontraba el gobierno de Venezuela, tal como ha puesto en evidencia la denominada Lista Falciani. Hasta 12.000 millones de dólares colocó en la citada entidad bancaria el ejecutivo de aquel país, dirigido entonces por Hugo Chávez, el gran prócer del socialismo del siglo XXI.

Las revelaciones de la lista Falciani han supuesto que llegara al gran público que clientes como el entonces presidente del Banco Santander, Emilio Botín, el que fuera vicepresidente del Barça, Alfons Godall. o el piloto de fórmula uno Fernando Alonso, se beneficiaban de la escasa transparencia de HSBC en los temas fiscales. Pero ahora hemos conocido que a esa relación de personajes hay que añadir la Venezuela chavista.

Es decir, una entidad que aboga por la supresión del capitalismo tuvo sus dineros a buen resguardo en uno de los sancta sanctorum financieros mundiales, generándole sus beneficios en intereses. Independientemente de la condena moral que ello conlleva, muestra cómo es el capitalismo global existente. Las pensiones de miles de venezolanos lucrándose de las ventajas proporcionadas por HSBC, frente a las de miles y miles de otros países que no tuvieron esa suerte. Eso es el capitalismo global: los mercados que actúan, por ejemplo, contra Grecia y que éstos días preparan la soga para miles de griegos, no son unos demonios abstractos. Están compuestos por personas de carne y hueso. Incluso puede que por idealistas venezolanos.

Corregir ésto debería ser la mayor preocupación de la izquierda, ofreciendo una solución a ello. Pero para eso conviene primero conceptualizarlo y dejarse de demagogias.

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