El gobierno griego no ha tenido más remedido que pedir la ampliación del rescate. No le quedaba otra, salvo que pusiera en peligro las pensiones y nóminas que dependen de él. Se trata de la primera cesión que el ejecutivo de Tsipras se ve obligado a hacer.
Ésto no quiere decir que el tira y afloja entre Grecia y Bruselas haya acabado. Ni mucho menos. Se trata tan solo de la primera batalla, que de momento ha perdido Atenas
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