lunes, 11 de mayo de 2015

De nuevo, los Balcanes

Sin apenas repercusión entre nuestros medios de comunicación, cuya desorientación empieza a ser preocupante, nos llega la noticia de diversos choques armados en Macedonia, que han dejado de momento 22 muertos. De nuevo la violencia étnica recorre los Balcanes, una tierra desolada por los nacionalismos.

El epicentro de la disputa ahora es Kumanovo, una ciudad macedonia que el irredentismo albanés considera propia. Algo muy usual y muy frecuente en la historia de la humanidad contemporánea: un pedazo de tierra disputado por dos colectividades, que convenientemente aleccionadas y nacionalizadas, se enfrentan violentamente.

Las autoridades macedonias culpan al Ejército de Liberación de Kosovo, la guerrilla que luchó contra Serbia y que hoy detenta el gobierno kosovar, de atacar varias comisarías y centros comerciales de la localidad de Kumanovo, muy cercana a la frontera con Kosovo, un enclave hasta entonces serbio de población mayoritariamente albanesa que proclamó su independencia unilateralmente con el apoyo de Estados Unidos.

Un cuarto de los dos millones de ciudadanos macedonios son étnicamente albaneses. Además, su frontera occidental linda con Albania, mientras que al norte lo hace con el Kosovo albanés. Todo ello confluye en una Macedonia, que tiene muchas papeletas de convertirse en el próximo polvorín de unos Balcanes que vuelven a hacer honor a su violento pasado.

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